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Artritis Reumatoide: comprendiendo su importancia y cuidado

Artritis Reumatoide: comprendiendo la importancia y el cuidado

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica y compleja que afecta a las articulaciones del cuerpo. Lo que la distingue de la artritis común es que la AR es un trastorno autoinmune. Esto significa que en la AR, el sistema inmunológico, que normalmente protege al cuerpo contra enfermedades, se vuelve anormal y comienza a atacar las propias articulaciones y otros tejidos en lugar de protegerlos.

¿A quiénes afecta y cuándo?

La AR puede afectar a personas de cualquier edad, pero suele manifestarse en adultos jóvenes y de mediana edad, con un pico entre los 30 y 60 años. Afecta a ambos sexos, aunque las mujeres tienen más probabilidad de desarrollarla.

La razón detrás de la mayor propensión de las mujeres a desarrollar artritis reumatoide (AR) aún no se comprende completamente, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales. Algunos de los puntos clave que se han observado incluyen:

  • Factores hormonales: Se ha observado que las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia, pueden influir en la actividad de la AR. Algunas mujeres experimentan una mejoría en sus síntomas durante el embarazo, cuando los niveles de estrógeno son más altos, y un empeoramiento después del parto.
  • Factores genéticos: Se han identificado ciertos genes que parecen estar relacionados con la susceptibilidad a la AR, y estas variantes genéticas pueden estar más presentes en mujeres.
  • Factores ambientales: Aunque no se comprende completamente, algunos factores ambientales, como la exposición a ciertas infecciones o toxinas, pueden desencadenar o contribuir al desarrollo de la AR.

Síntomas y consecuencias

Los síntomas de la AR son variados e incluyen dolor, rigidez, hinchazón y disminución de la movilidad en las articulaciones, lo que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Pero la AR no se limita solo a las articulaciones; también puede afectar otros órganos y sistemas, como la piel, los ojos, el corazón y los pulmones.

Diagnóstico y el rol de la reumatología

El diagnóstico temprano es fundamental en la AR. Los reumatólogos, son los médicos que realizan el diagnóstico y tratamiento. Usan una combinación de evaluación clínica, análisis de sangre y estudios de imagen para confirmar la AR y determinar su gravedad.

Tratamientos y soluciones

El tratamiento de la AR puede incluir medicamentos para reducir la inflamación y controlar la enfermedad, terapia física para mejorar la movilidad, y en algunos casos, cirugía para reparar o reemplazar articulaciones dañadas. Además, un enfoque integral que involucre cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio, puede ayudar a controlar la enfermedad.

 

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