Si te encantan los gatos pero cada vez que estás cerca de uno empiezas a estornudar, te lloran los ojos o sientes congestión, no estás solo. La alergia a los gatos y cómo controlarla es una preocupación común, pero también manejable.
La alergia no se produce por el pelo del gato en sí, sino por una proteína (Fel d 1) presente en su saliva, piel y orina. Esta sustancia se adhiere al pelaje y se dispersa fácilmente por el ambiente. Afortunadamente, hay formas de reducir el impacto de la exposición sin tener que renunciar a tu compañero felino.
Aquí algunos consejos útiles si convives con gatos y eres alérgico:
- Ventila tu casa con frecuencia y usa purificadores de aire con filtro HEPA.
- Evita que el gato entre a tu habitación o duerma en tu cama.
- Lava tus manos y cambia de ropa después de acariciarlo.
- Baños frecuentes (por un profesional) pueden reducir alérgenos en su pelaje.
- Aspira alfombras y muebles regularmente.
- Consulta con un especialista sobre tratamientos médicos: desde antihistamínicos hasta inmunoterapia.
Cada caso es distinto, y el nivel de sensibilidad varía. Por eso, lo más importante es buscar un diagnóstico adecuado con un alergólogo o un médico especializado.
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